Psicomotricidad

La Psicomotricidad es una técnica y enfoque de intervención educativa cuyo objetivo principal es el desarrollo de las posibilidades motrices, expresivas y creativas del niño a partir de la experiencia con su propio cuerpo y el movimiento para contribuir a su desarrollo integral. Se realiza en tres ámbitos: Preventivo, Educativo y reeducativo.

La estimulación psicomotriz

 (Psicomotricidad Educativa) va dirigida a niños de 3 a 6 años sin dificultades específicas de desarrollo sensomotor. Se trabaja por grupos en un ambiente de actividad motriz y juego. Es apta para todo tipo de niños con diferente grado de desarrollo en el área motriz en función de su edad, antecedentes personales, historia evolutiva, etc

Objetivos:

  • Estimular y potenciar las posibilidades motrices, cognitivas y sociales de cada niño desde un enfoque lúdico.
  • Generar experiencias de aprendizaje significativas: Aprender mediante el movimiento.
  • Ofrecer una alternativa de actividad física no convencional.
  • Detectar y prevenir las posibles dificultades sensoriales y motoras.
  • Favorecer los procesos sociales y de convivencia con iguales.
  • Fomentar la creatividad y espontaneidad

La reeducación psicomotriz

va dirigida a niños, de diversas edades y en diferentes momentos evolutivos, que presentan trastornos o retrasos en su evolución o desarrollo motriz (torpeza motora, deficiente coordinación global o segmentaria, deficiente desarrollo de la grafomotricidad o la psicomotricidad fina, problemas de tono muscular…) que inciden negativamente en la adquisición de ciertos aprendizajes (lectura, escritura..) y que por tanto necesitan una reeducación realizada por parte de un psicomotricista.

Por ello, se realiza un Examen psicomotor(Perfil Psicomotor) completo y preciso para comparar al niño respecto a su grupo de edad tomando como referencia los diferentes estadios del desarrollo motor adecuado. En función de este perfil, el niño es «incluido» dentro de un programa teniendo en cuenta además su desarrollo evolutivo y su situación escolar.

Este retraso se debe a inmadurez neurológica debido a que el niño no ha realizado los principales etapas del desarrollo motriz con la «calidad» necesaria o bien, ha habido «saltos» (no gatear, poca experiencia de suelo…).

Los aspectos a mejorar o sobre los que intervenir son los siguientes:

  • Control de la postura.
  • Equilibrio estático y dinámico.
  • Coordinación motriz: global y de miembros superiores e inferiores.
  • Exploración de la lateralidad y reeducación de los problemas de ésta: lateralidad cruzada, lateralidad confusa, ambidextrismo, etc.
  • Organización espacial y temporal (nociones de izquierda/derecha; arriba/abajo, dentro/fuera…) y nociones temporales (ritmo…).
  • Tono y relajación. Escritura y grafismo.

Además, se realiza un conjunto de ejercicios encaminados a la maduración propiamente psicomotriz, sensorial y neurológica del niño.

Los ejercicios motrices que se realizan ayudan al niño a acceder y estimular partes de su cerebro que se encontraban bloqueadas o poco activas, produciendo una mejora en su habilidad motriz y otras habilidades concretas:

  • Mayor capacidad de concentración.
  • Desarrollo de la memoria.
  • Perfeccionamiento de la lectura, escritura y ortografía.
  • Mejora de la coordinación cerebro-cuerpo.
  • Desarrollo de la Psicomotricidad global y fina.
  • Integración de las capacidades visuales, auditivas y táctiles.
  • Establecimiento de una Lateralidad adecuada.
  • Reeducación de dislexias severas.
  • Aprendizaje de técnicas de relajación.